lunes, 18 de enero de 2016

CROISSANTS VEGANOS...UNA MASA DE HOJALDRE MUY CONSEGUIDA




Croissants, medias lunas, cruasanes...les llamemos como les llamemos son deliciosos. Pero para que sean croissants tienen que tener esa textura hojaldrada y no ser simplemente bollos con forma de media luna. En cocina vegana no conozco método mejor que usar aceite de coco, que se comporta de manera parecida a la mantequilla o manteca. Yo los he hecho en invierno; ignoro si hechos en verano, con el aceite de coco en estado líquido, quedarían igual. Aunque siempre se puede poner el aceite de coco en la nevera para que solidifique.
He de decir que la receta no es mía, es una mezcla de la de Dimensión Vegana, excelente web y canal de YouTube que nadie debe perderse, y otras recetas en línea. Los de Dimensión Vegana utilizan margarina.




Vamos pues con la receta que tenemos trabajo. Es algo laborioso pero os aseguro que tiene su recompensa. Hasta los omnívoros os pedirán estos croissants.


INGREDIENTES

Para la esponja:

-Media taza de agua
-2-3 cucharadas de harina de fuerza
-1 cucharada de azúcar
-Unos 20 gramos de levadura fresca de panadería.

Para la masa

-La esponja anterior ya preparada
-Una taza de leche vegetal al gusto
-Tres cucharadas de aceite de sabor suave; yo usé oliva.
-Agua adicional si se necesita
-2-3 tazas de harina de fuerza
-3 cucharadas de azúcar
-Manteca vegana, receta a continuación

Para la manteca vegana
-Tres partes de aceite de coco
-Dos partes de harina

(como "parte" yo uso una cuchara; es fácil hacer más mezcla si vemos que se nos va acabando.

Para el glaseado (opcional): sirope de agave o equivalente aclarado con un poquito de agua.


PREPARACIÓN

Primero hacemos la esponja, que es una especie de prefermentado con la levadura. Mezclamos media taza  de agua tibia con la levadura fresca desmenuzada y una cucharadita de azúcar. Con las yemas de los dedos ayudamos a la levadura para que se disuelva; luego añadimos las 2-3 cucharadas de harina y mezclamos someramente. Nos quedará una cosa así:



Esta mezcla la tapamos con papel film o cualquier bolsa o tapa y la llevamos a un lugar cálido y sin corrientes de aire. Como a pesar de ser invierno era una mañana preciosa,  yo utilicé mi terraza.



Como veis en la foto, también puse al sol el bote con el aceite de coco, ya que estaba muy duro. También se puede poner al baño maría durante breves momentos, o sobre un radiador encendido. No se tiene que fundir, sólo tenemos que conseguir poder sacarlo con la cuchara con facilidad y que se pueda mezclar con harina y luego extender luego sobre la masa. 

Cuando la esponja esté lista, es decir cuando haya crecido y tenga burbujitas, ya podemos empezar. 


Ahora se trata de añadir más líquido, harina y azúcar básicamente. Esto puede hacerse a mano, pero yo lo hice con la panificadora en el programa de masas. Así que echamos con cuidado el prefermento a la cubeta...



....y vamos preparando los otros ingredientes. Partimos de una mezcla de una taza de leche de avena o cualquiera otra, tres cucharadas de azúcar y tres cucharadas de aceite suave. Aquí no he usado yo aceite de coco, aunque hay quien lo hace. Como la leche de soja la saqué de la nevera, calenté un poco todo primero. Luego lo uní a la esponja incorporando también casi tres tazas de harina. 



Dependiendo de la harina que uséis tendréis que añadir más líquido o no; en tal caso podéis usar agua en lugar de añadir más leche vegetal. En la foto anterior se muestra la masa nada más formada; yo no dejo continuar el programa de masas porque en alguna buena web vegana he leído que la masa no tiene que estar completamente lisa. Así que nada, de nuevo a la terraza una horita o más hasta que obtengamos esta preciosidad:



Ahora viene lo bueno. Vamos a extender la masa con el rodillo sobre la encimera enharinada, bastante fina.



Se supone que tenía que estar extendida en forma rectangular, pero una. tiene sus limitaciones.  A continuación hacemos una mezcla de grasa de coco y harina que será el sustituto de la manteca o mantequilla. La proporción aproximada que usé era tres cucharadas de aceite de coco blandito por dos de harina. La foto es terrible pero supongo que la idea se capta.


Ahora extendemos esta pastita sobre la masa sin dejarnos los bordes.



Enrollamos....



Y si tenemos masa para hacer más rollos, que sin duda con estas cantidades será así, tomamos la precaución de proteger la masa de alguna manera para que no se reseque.



Hacemos más rollos, nos saldrán al menos cuatro, protegemos todos menos uno y con éste empezamos a trabajar la masa para que se convierta en hojaldre. Lo que queremos es que esa grasa que se encuentra en el centro vaya impregnando toda la masa a capas, así que...a doblar. Yo no fui muy ortodoxa, sé que hay unos giros y dobleces específicos pero lo cierto es que lo hice un poco al tuntún. Doblar, dar la vuelta, rotar, doblar, girar....



Luego extendemos la masa y la cortamos. Tenemos que conseguir triángulos con los lados muy largos, para lo cual podemos hacerlo a ojo...


O con plantilla.



Bueno, tampoco es que me salieran muy iguales con esta última técnica. Ahora viene la parte que más me gusta: enrollar los triángulos. La masa ya lleva azúcar, pero si los queréis más dulces podéis espolvorear con azúcar antes de enrollar. 


Ya veis pues cómo se hace. Siempre se empieza a enrollar por el lado corto y al llegar a la punta se deja ésta hacia abajo para que no se despegue. 

Si queréis, podéis pintar los croissants con una mezcla de agua y algún sirope. Hay que dejarlos crecer hasta que estén algo hinchaditos y luego ya se pueden hornear.





Ahí veis una tanda dentro del horno halógeno. La temperatura que no sea exagerada porque lo suyo
no es que se doren demasiado. Ya habéis visto arriba el resultado, permitidme unas fotitos más...


Creo que se aprecia la textura de hojaldre. En casa los hemos comido recientes y al día siguiente y al otro calentados brevemente en el horno, y riquísimos. Los conservamos en latas. Os animo a hacerlos porque quedan muy bien. 

Y un consejito final: si sois novatos con los croissants como yo misma era y sigo siendo, puede que os canséis de tanto extender y amasar. Entonces haced lo que yo hice: en un momento dado, cuando ya tengáis una cantidad de croissants suficiente, utilizad el resto de masa para hacer un megabollo al estilo del pan de Navidad. Podéis hacerlo incluso sin incorporarle la manteca de coco...le añadís si queréis pasas y unas frutas confitadas, le dais forma abombadita y lo dejáis crecer y luego lo horneáis. Os saldrán unas rebanadas preciosas.







miércoles, 13 de enero de 2016

TARTA VEGANA DE MANZANA Y FRESA, AL ESTILO TATIN, EN HORNO DE TURBOCONVECCIÓN

èEsta tarta está hecha en el horno halógeno o de convección, pero se puede también hacer en el horno convencional. Yo la he hecho sólo con manzana o con manzana y fresa y de las dos maneras sale muy buena.




INGREDIENTES

2 manzanas
El zumo y la piel de medio limón
3 cucharadas de azúcar de coco o de cualquier azúcar morena: muscovado, panela...
Tres cucharadas de sirope de ágave o similar (arroz, arce, cebada, melaza de caña...)
Dos puñaditos de pasas de Corinto
Media taza de leche de avena
Un cuarto de taza de agua
Media taza de aceite de oliva suave
Tres cuartos de taza de azúcar al gusto. Yo usé un cuarto de taza de azúcar de coco y media taza de azúcar blanquilla.
Tres cucharadas de vinagre de vino blanco
Una cucharada sopera de polvos de hornear (levadura química para bizcochos)
La harina de fuerza necesaria para formar una masa semilíquida, un poco pastosilla.

PREPARACIÓN

PRecalentamos el horno a 180 grados unos diez minutos; si es el horno convencional conviene precalentarlo durante más tiempo. Mientras tanto aprovechamos para preparar lo que será la cobertura..
Cortamos las manzanas sin pelar por la mitad y luego en lonchas finas en forma de semicírculo, una vez retirado el corazón con las semillas y las partes más duras.
Ponemos estas lonchitas en un bol con el zumo de limón y unas pocas cucharadas de agua.
Forramos la base del molde con papel de horno o aluminio y engrasamos con aceite. No olvidemos engrasar también la pared del molde, ya que la masa subirá.
Espolvoreamos con las tres cucharadas de azúcar morena en la base del molde y distribuimos las pasitas de manera regular. Colocamos las rodajitas de manzana escurridas y regamos con el sirope.
Colocamos el molde en la parte alta del horno y dejamos unos 15 minutos hasta que la manzana se reblandezca. Si usamos el horno convencional tenemos que utilizar el grill.
Mientras tanto preparamos la masa.
En un bol mediano vertemos la bebida vegetal, el aceite, el agua y el vinagre. Añadimos el azúcar y la levadura y mezclamos con unas varillas. Añadimos la harina graduamente hasta obtener la consistencia deseada,
Retiramos del horno el molde con las manzanas.


Vertemos con cuidado la masa.


Devolvemos el molde al horno, colocándolo ahora sobre la parrilla baja.
Horneamos hasta que esté firme al tacto y bien morenito, más o menos 30 minutos. En horno convencional, con calor arriba y abajo, ya estará listo; en horno halógeno le faltará todavía hacerse un poco por abajo. Lo que haremos, y esto vale para cualquier bizcocho o pastel, es cubrir con una tapa cualquiera resistente al horno o con un simple molde boca abajo y dejar que se haga durante unos 20-30 minutos más.

Hay quien prefiere tomar este pastel caliente; no es mi caso, así que yo lo dejo enfriar en el molde. Para darle la vuelta lo hago como si se tratara de una tortilla: tened especial cuidado si lo hacéis en caliente. 

Si queréis hacer la versión manzana-fresa, sólo tenéis que cortar a láminas fresas en cantidad suficiente para recubrir la superficie de la tarta, dejando algunos espacios para que asome la manzana. Podéis rociar estas láminas con zumo de mandarina o naranja mezclado con azúcar y dejarlas que se maceren mientras la tarta se hornea. Luego, después de darle la vuelta, colocáis las fresas artísticamente y, opcionalmente, le dais 3-5 minutos de horno, no más porque las fresas no se tienen que cocinar apenas. Y queda así: